24/11/08

Introducción

Es una realidad ¡Somos consumidores! pero debemos serlo de manera responsable, con nosotros mismos, nuestra femilia, la sociedad y el ambiente. Por lo que he enfatizado algunos puntos que pueden alertarnos y orientarnos hacia la ética del consumidor.

Comprar en rebajas: Precios más bajos con los mismos derechos


Inteligencia, racionalidad y criterio. Son las tres virtudes que deben acompañar a todo comprador al enfrentarse a las rebajas, ya que con demasiada facilidad se suele caer en la adquisición de artículos de manera compulsiva. Sin embargo, cuando se compra "con cabeza", gastar en temporada de rebajas sólo tiene ventajas para la economía
Comprar en período de rebajas, además, ofrece la posibilidad de adquirir artículos con idéntica calidad y condiciones de compra que si la transacción se realizara en cualquier otra temporada

La calidad y los derechos no se rebajan
El comprador debe exigir la garantía del producto que adquiera y debe pedir la
factura, puesto que el comerciante tiene obligación de darlo y es imprescindible en caso de necesitar hacer un cambio o una reclamación.
Recuerde que los productos que se venden en época de rebajas deben ser los mismos que han estado a la venta en los meses precedentes. Por ello, en el etiquetado tiene que figurar tanto el precio anterior como el rebajado o el porcentaje de rebaja que se ofrezca.

Pagar de más con la tarjeta de crédito


Algunos consumidores no se distinguen por utilizar de manera racional las tarjetas de crédito; de modo inconsciente determinadas personas las consideran como "un pozo sin fondo", ya que continúan dando dinero aunque no se posea en realidad. Esta actitud provoca que las deudas de los usuarios aumenten, poco a poco, mientras siguen gastando. Las facilidades que dan los bancos animan aún más a sus clientes, y es fácil que muchos acaben endeudados en poco tiempo y deban a su entidad elevadas sumas de dinero.


No endeudarse en exceso y controlar el gasto es posible. Para ello, una buena idea, especialmente en épocas de crisis económica en la que tan fácil resulta "tirar" de tarjeta, es limitar las compras a crédito y adquirir los productos sólo cuando se tenga el dinero suficiente para hacerlo en efectivo.

Sobreendeudamiento


El sobreendeudamiento de las familias es creciente, y se puede deber a múltiples causas, algunas imprevisibles. Los expertos consideran que las causas inmediatas del sobreendeudamiento suelen ser las siguientes:
1. La elevación excesiva de deudas (sobreendeudamiento activo), relacionado con un consumo irreflexivo.
2. Incapacidad sobrevenida de hacer frente a los créditos por causas imprevistas (sobreendeudamiento pasivo), derivado de ciertas contingencias como despido laboral, separación o divorcio, enfermedad o fallecimiento.
3. Exceso de consumo al contado, que afecta directamente a la renta que el consumidor había comprometido para el pago de sus deudas.

Compras de Navidad: ojo con las ofertas


La avalancha de publicidad de estas fechas puede inducir a un consumo desmedido. Determinadas ofertas pueden ser ganchos promocionales que al final no ahorran dinero al consumidor.
La Navidad se acerca y es momento de comenzar a realizar algunas compras pero debemos estar alerta ante la proliferación en esta época del año de ofertas engañosas, que pueden conducir a un gasto mayor. Entre ellas la organización destaca:
- Promociones tipo 2x1 ó 3x2 que en realidad sólo se aplican a un reducido número de productos.
- Cheques regalo: para obtenerlos, en ocasiones, es necesario comprar productos de elevada cuantía. Si incluyen descuentos, a veces se reducen a una pequeña lista de productos.
- Productos gancho: un solo producto a un precio excepcional cuya intención es atraer al cliente al establecimiento o centro comercial.
- Productos cerca de su fecha de caducidad: en ocasiones se utiliza la táctica de ponerlos a un precio muy bajo para evitar tenerlos que tirar.
Lo más importante es no dejarse influir por la euforia consumista y no precipitarse en las compras navideñas. Se aconseja elaborar previamente una lista detallada de las compras y ajustarse a ella cuando estamos en el establecimiento. Recordar que la disposición de los productos en los supermercados e hipermercados está diseñada para incitar al consumo impulsivo.